miércoles, 24 de enero de 2018

ECHARTE DE MENOS (… o cómo meterte de más)

ECHARTE DE MENOS
(… o cómo meterte de más)

Siempre tuve miedo al insomnio, a ese estado de falsa hibernación que aflora en la oscuridad. Hasta que aprendí a dominarlo.

Ahora desordeno personajes de mi vida.

Les fundo el plomo de los pies. Me bebo el zumo de sus frutas azules. Les rompo el hielo en la cabeza. Y mientras les pinto su cara con acuarelas, me como las castañas que a traición les voy metiendo en el fuego.
Vuelvo a la realidad, cocino sus egos y pellizco sus miedos. Disfruto viendo cómo aprenden a tragarse las pastillas de tres en tres, con su propia saliva, mientras ordeno a mi gato que se lleve su agua.

Es tan hermoso mojar pan en el desconcierto enemigo que me permito diseñar las horas exactas de sus muertes. Mato de éxito y les devuelvo su infancia a las cigüeñas. Y dejo de echarte de menos; para poder meterte de más.


Vídeo y letra originales de Oddey registrados en Safe Creative.

Música: Prelude No. 19 - Chris Zabriskie

viernes, 12 de enero de 2018

CARTAS A DESTIEMPO (… o cómo vomitar explicaciones caducadas)

CARTAS A DESTIEMPO
(… o cómo vomitar explicaciones caducadas)

Cuando las historias desvanecen, es complicado acomodar explicaciones; sobre todo porque nadie las espera.

No asumir, con cierta dignidad, que acariciamos ser ya dos antiguos conocidos que simulan distracciones para evitar tener que compartir incómodas vaguedades. Ni tampoco admitir que, probablemente, eso tú ya lo hayas aceptado.

El plan era saldar a mano aquella carta que a veces reclamabas. Y averiguar si así –al menos tú- eras capaz de sentir alivio.

Y es que llevo tiempo tomándome en serio tópicos de los que antes renegaba.

Que duelen los propósitos; todo lo que no se llega a hacer. Que también duele sospechar que se pueda vivir por imitación. O especular con cómo pudiera haber sido, o con cómo pudiera ser.

Vivir en espiral genera memorias que -bien reales o proyectadas- resultan angustiosas: las estaciones, las islas, las décadas, las palabras inventadas…, asomarse a la ventana, protegerse en los portales…, querer escuchar música y abandonar porque toda está significada; porque así lo decidimos juntos incluso cuando bailábamos haciendo la cama.

Desconocía que hasta la fiebre -si fue compartida- puede provocar sensaciones más allá del mero escalofrío.

El otro día tuve consciencia, por circunstancias que no vienen al caso, de que quién confía en ti ya nunca podría hacerlo en mí. Cuesta asimilar que eso sea algo tan justo como lógico. Pero sí...

Por eso intuyo que ya no hay nada que saldar; y que en mi caso sobra la mayoría.

Porque aunque a veces haya intentado pensarme inmóvil, todo ha seguido avanzando a un ritmo que ya no pesa; que ya no late.

Si en nuestras vidas representásemos porcentajes, ya nunca tendría dos dígitos en la tuya. Hace demasiado que las circunstancias nos obligan a restarnos, a contarnos sólo hacia atrás; y es algo contra lo que nunca llegamos a protestar de manera oficial.

También para escribir es necesario sentirse con derecho; sentirse autorizado. Pero tú sabes que yo llevo tiempo sin estarlo.

Y eso era todo…

Te deseo lo mejor.







Creación original registrada por @Oddey_ en Safe Creative.

viernes, 5 de enero de 2018

UNA AMIGA (… o cómo descubrirla en la actualidad)

UNA AMIGA
(… o cómo descubrirla en la actualidad)

Prohibir la palabra tiempo ante cualquier tipo de arranque, aunque haya pasado más de lo que quisieras.

Permitirle utilizar tu móvil y enseñarle tus cicatrices; las que no se ven.

Revelarle las reseñas y los elaborados enigmas con los que proteges tu intimidad de las demás.

Colaborar juntas en una segunda adolescencia más extrema y descontextualizada.

Participar del colapso de nuestros cuerpos ante abundancias consumadas a destiempo y con exceso nocturnidad.

Compartir cama supletoria en la habitación donde juntas estudiamos la carrera. Exhalar e impregnar las paredes de todo lo bebido; y de todo lo vivido.

Eso –hoy- sigue siendo una amiga. Un amiga que, como tú, no sabe que se hace mayor. Y que le importa casi la misma mierda que a ti.


Porque siempre guardaré con celo aquel regalo inútil que me enviaste desde Letonia.



Creación original registrada por @Oddey_ en Safe Creative.

miércoles, 3 de enero de 2018

LITURGIA SUICIDA (… o cómo no causar una mala impresión)

LITURGIA SUICIDA
(… o cómo no causar una mala impresión)

El suicidio es una febril espiral de locura maniatada que actúa como freno natural ante sus propias pretensiones. Si nos robaran la eterna oportunidad de arrancarnos la vida, rehusaríamos constantemente de nuestro imperecedero derecho a vivir. Si el suicidio no existiera, tendríamos que inventarlo. Por pura supervivencia.

Esa misma reflexión se hizo mientras que, con riguroso orden, desplegaba su liturgia autodestructiva. Había conseguido incomunicar sus ansiedades. Todas menos una. Por eso hizo el equipaje. No le inquietaba la muerte; pero sí que su rastro vital pudiera dejarle en mal lugar.

Pero no era él mismo en su garaje, uniendo con esmero -manguera mediante- el tubo de escape a la ventanilla del copiloto, lo que hacía más seductora aquella escena; sino el vacío: no había objetos. Ni tan siquiera estaba vestido. Sólo silencio adornado con el alarmante rumiar de su aleatorio caminar descalzo.

Dominar con exactitud el año, mes, día y hora de su fallecimiento; la más noble de sus acordadas intenciones.


En el coche se rodeó de los suyos: restos de comida de la última semana y hormigas. También una maleta de la que goteaba hidróxido de sodio. Y el soporte de un trofeo con la siguiente inscripción: no seré una persona normal pero… ¿lo fui en algún momento?




Creación original registrada por @Oddey_ en Safe Creative.

lunes, 1 de enero de 2018

UN DICTADOR HABITA EN MÍ (…o cómo poner nombre a la autodestrucción)

UN DICTADOR HABITA EN MÍ
(…o cómo poner nombre a la autodestrucción)

Su única meta era la de saber posicionar las miradas. Servirlas en bandeja con gestos y desplantes; con calculada y medida elegancia. En el fondo; el más puro vacío existencial.

Tenía claro que lo único importante era que nada raro se notase. Mas al contrario; que siempre pareciera que no.

Un ser humano ladino e inconsistente; expuesto a cualquier tipo de vaivén emocional.

Poner fin a una vida, quemar los colchones en los que agonizaron sus últimos recuerdos activos de la infancia. Y mirar a la llama llorando, sentado;  sujetándose fuerte las piernas.

Preguntándose cuántos minutos habría perdido escuchando canciones que abusan sin sentido del concepto de “días grises”.



Creación original registrada por @Oddey_ en Safe Creative.

A LA GENTUZA QUE ME HA QUERIDO (… o cómo referirme a quien ya no lo hace)

A LA GENTUZA QUE ME HA QUERIDO (… o cómo referirme a quien ya no lo hace) -Todos los comienzos son el principio del fin– me dije, mi...