ABANDONADO
(… o cómo querer reservarlo)
Le daba miedo distanciarse del pasado, apartarse tanto de él
que pudiera llegar a sentir que ya no le pertenecía. No ser capaz de
reconocerse en él.
Que le olvidaran aquellos que alguna vez le rodearon.
Incluido él mismo.
Por eso era tan prudente de su intimidad; y siempre
conservaba en la recámara una mentira estandarizada, universal, apta para todas
las situaciones que imaginaba.
En la sala de espera de todos los psiquiátricos que visitó le
gustaba anticipar que su problema era el insomnio.
Que prefería las cartas manuscritas a los fríos correos
electrónicos; a pesar de lo doloroso que le resultaba ocultar que nunca había
recibido correspondencia.
E inventaba que tenía prisa, siempre mucha. Y que le estaban
esperando.
Creación original de Oddey registrada en Safe Creative.
Buena prosa. saludos
ResponderEliminarMuchas gracias por tu tiempo maría susana. Un abrazo.
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